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Movimiento=crecimiento

¿Cuántas veces nos hemos parado a pensar por qué hay que moverse?

Cuando una persona no se mueve y está siempre sentada, tumbada y no realiza ninguna actividad, se verá envuelta progresivamente en una actitud pasiva, de desánimo, de inacción…



Algunas personas deciden hacer ejercicio bien en un gimnasio, bien haciendo running, se apuntan a alguna actividad deportiva… esas personas se sienten más vitales, con más energía día a día…




Cuando el agua discurre por el cauce de un río, normalmente, es un agua limpia, clara… sin embargo, cuando está estancada, suele tener un color más turbio, incluso llegando a cambiar su olor y acumula bacterias…





Incluso, cuando vamos a usar algún tipo de alimento o de bebida, el mismo envase nos indica “agitar antes de usar… ¿por qué?... muy simple… porque en contenido al haber estado en estado de reposo sus componentes se han posicionado en el envase según su propiedad de densidad… y al moverlo, se vuelven a mezclar sus propiedades para obtener un mejor resultado.

Otro ejemplo, es cuando nos vamos a tomar un café o una infusión… cuando echamos el azúcar, la leche el hielo… lo movemos… ¿para qué?... para que se mezclen sus propiedades y obtengamos el sabor que deseamos por igual en cada sorbo.



Entonces, si sabemos la importancia de mantener las cosas en movimiento para optimizar su resultado… ¿por qué casi un 45% de las familias españolas que buscan ahorrar no consiguen rendimientos en sus inversiones?

Hay que destacar que más o menos un 37% de familias españolas suelen buscar ahorrar en depósitos y un 6% suele ahorrar en su cuenta corriente… prácticamente esos ahorros no les están generando rendimientos, ya que entienden que ese ahorro es una “inversión”, pero no lo es así… En muchas encuestas, la gente entiende como “ahorrar” el no hacer uso de una parte del dinero para poder usarlo en un futuro. Sin embargo, “invertir”, entienden que es algo similar a “comprar”…


Atendiendo a todo esto, debemos cambiar esa mentalidad, ya que “ahorrar” es prácticamente dejar una parte de nuestros ingresos “sin movimiento” y debemos entender el concepto de “invertir” como esa acción de movimiento del agua de un río, esa persona que ejercita su cuerpo y su mente para llevar un vida más saludable, ese café con azúcar que al moverlo cambia ese sabor amargo por uno más agradable en cada sorbo…

Por tanto, INVERTIR es cambiar de sitio nuestro AHORRO, no es cambiarlo de bolsillo como cree mucha gente. Es cierto que hay que saber elegir una buena estrategia tanto a corto, como a medio, como a largo plazo para encontrar el equilibrio entre rentabilidad, liquidez y seguridad que deseamos…


Si tenemos alguna duda sobre la estrategia más adecuada a elegir según nuestras necesidades, objetivos y perfil, siempre podremos acudir a un asesor financiero que nos pueda ayudar a seleccionar esa estrategia más adecuada para evitar que nuestro dinero pierda valor, es decir, evitar la devaluación.

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